Cáncer de piel
El Cáncer de Piel es la forma más común en la que se presenta el cáncer, los más frecuentes son el basocelular y el de células escamosas. Otros tipos de cáncer que también pueden afectar la piel son el melanoma, el linfoma cutáneo de las células T, un cáncer del sistema linfático, y el sarcoma de kaposi.
Cualquier persona puede padecer cáncer de piel, aunque es más común en personas que tienen piel blanca, en mayores de 50 años y en personas que tienen antecedentes familiares de esta enfermedad. El principal factor desencadenante del cáncer de piel es la exposición prolongada al sol.
Un signo común del cáncer de piel es un cambio en el aspecto de la piel que no desaparece en el lapso de un mes, también puede ser una herida que no sana, un cambio en cicatriz de quemadura, la presencia de un pequeño bulto (protuberancia) de apariencia suave, brillante y marrón, incluso que ya se tenía y presenta cambios. De igual manera puede aparecer como una mancha roja áspera o escamosa, pero no todos los cambios en la piel significan que se tiene cáncer. Es importante acudir con un especialista ante cualquier indicio sospechoso en su piel, el tratamiento tiene más probabilidades de surtir efecto cuando el cáncer se detecta temprano, cuando no se trata, ciertos tipos de cáncer de piel pueden diseminarse a otros tejidos y órganos.
La mayoría de los cánceres de la piel de tipo no melanoma pueden curarse. La probabilidad de su pronostico, recuperación, y elección de tratamiento dependerán del tipo de cáncer que se tenga y de qué tanto se ha diseminado.
Se emplean tres clases de tratamientos para el cáncer de piel, el primero es el más común:
- Cirugía (extracción del cáncer).
- Quimioterapia (uso de medicamentos para eliminar las células cancerosas).
- Radioterapia (uso de rayos X para eliminar las células cancerosas).
El tratamiento de cirugía para extraer una protuberancia (tumor) no suele ser complicado, excepto cuando afectan áreas especiales como el parpado, la nariz, y otras áreas centro faciales. Los principios que se deben cumplir al retirar un tumor son la resección completa y adecuada del tumor, la preservación de las estructuras afectadas y la reparación (sea inmediata o diferida) de las perdidas ocasionadas por la resección tumoral. Después de la resección se procede al cierre de la herida.
Generalmente la extirpación del tumor por cáncer de piel incluye o compromete la piel circundante, ya que es necesario añadir un margen de seguridad. Siempre se procurará que la visibilidad de la cicatriz resultante sea lo menor y más estético posible. Sin embargo, en la mayor parte de los casos una cicatriz es inevitable.
Posterior a la cirugía el Dr. Montealegre manda la muestra del tumor a un estudio patológico.